jueves, 12 de abril de 2012

Despacho vacío


Permitidme que éste post sea más personal que profesional, pero detrás de una chaqueta, una corbata y un estar corriendo todo el día, también se alojan un sin fin de sentimientos.

Hoy cierro una puerta para abrir otra. Hoy es mi último día en la empresa en la que he pasado mis últimos 10 años y, como es lógico, decir adiós a algo tuyo, cuesta mucho más de lo normal.

El motivo principal de cambiar de trabajo, lo venía mascando desde hace mucho tiempo, pero nunca había tenido ni el valor suficiente, ni la fortaleza, ni las oportunidades que he tenido en estos últimos meses. Dentro de mí, sabía que tenía que reinventarme, de explotar mi “superyo” profesional y medirlo con nuevos retos, proyectos e iniciativas. Necesitaba salir de una pecera porque sabía que fuera existía un mar.

Y nada, un día te viene un tren que no esperabas; una ola perfecta y, decides liarte la manta a la cabeza, dar el salto y ponerte a prueba. Era la hora de comprobar si de verdad tenía algo de talento. Miedos, pues muchos. Algo de vértigo, preocupación,… lo normal en éstos casos, al menos eso creo. Pero con una determinación firme y sin mirar atrás. Ilusionado, muy ilusionado con mi nuevo proyecto.

Personas, talento, desarrollo, crecimiento, artesanía, imaginación y pocos recursos. En eso va a consistir mi nuevo proyecto, de la mano de una pequeña consultora de Recursos Humanos malagueña: HRCS.

Pero bueno, hoy no quiero hablar de pasado, tampoco de futuro. Tan solo importa el hoy, que por suerte es un regalo, de ahí que se llame presente, no? Con lo que hoy me toca dedicárselo a mis compañeros de viaje durante todo éste tiempo, a las personas que me han acompañado no sólo en éste edificio, sino en las oficinas centrales que grupo Lehmberg tienen en el Polígono Alameda. Como ya les he dicho muchas y muchas veces, sin ellos no hubiera sido posible hacer todo lo que hemos hecho en el ámbito de la formación, el empleo y el emprendimiento en Málaga. Sin ellos, nunca se hubieran cumplido muchos sueños, de ahí que mi agradecimiento sea eterno.

Para finalizar, dar también las gracias a todos los que me habéis felicitado por mí nuevo proyecto profesional. No tengo palabras y siento no haber podido contestar a tantos y tantos mails, llamadas de teléfono, … me he sentido muy acompañado y, al mismo tiempo, abrumado por tantas muestras de cariño.

Bueno, os dejo mi última foto. Aquí es donde han surgido muchos sueños…. Cuando llegue al nuevo despacho, os enseñaré cómo es y cómo me va yendo. 


domingo, 8 de abril de 2012

Segunda oportunidad



A España ya no sólo se la conoce por ser la tierra del sol, la paella y los toros sino, por desgracia, por ser la tierra del desempleo y la baja autoestima. Cualquier español que se precie conoce, tiene un amigo o un familiar parado. O, sin ir más lejos, el mismo, se encuentra en situación de desempleo.

Y ya da igual de quién sea la culpa. Gobiernos, políticos, empresas, … es lo mismo. Será por que la cosa va cada vez a peor. Por eso pienso que, las compañías y profesionales que nos dedicamos al campo de los recursos humanos, agencias privadas de colocación, la formación privada y el desarrollo personal tenemos mucho que decir y que aportar en estos momentos tan duros para nuestra sociedad. Es el momento de actuar y de echar abajo muchos estereotipos; de cambiar pensamientos antiguos y adaptarnos a los tiempos actuales.

Para empezar por algún lado, quiero compartir con todos vosotros una reflexión y denunciar actuaciones llevadas a cabo por algunas empresas y profesionales que se dedican a prestar servicios de selección y búsqueda de personal y que, bajo mi punto de vista, me parecen erróneas. Ante igualdad de condiciones se están priorizando la selección de candidatos que estén trabajando ante candidatos desempleados, descartando a estos últimos del proceso por el simple hecho de llevar tiempo en paro. Con éste tipo de acciones, estamos negando la oportunidad de reincorporarse al mercado laboral a un sin fin de magníficos profesionales que se han encontrado, de la noche a la mañana, en la calle.

Hablo de personal formados, preparados, con amplia experiencia en su sector, que llevan más de un año buscando trabajo, no de un marginado del empleo. Son muchos los que, mientras se encontraban en ésta situación, la han aprovechado para reciclarse en otra actividad en busca de una segunda oportunidad. Por todo ello, estas personas no creo que deban ser consideradas como “paradas” y, para mi tienen un valor especial en una entrevista de trabajo.

Yo me he encontrado varios luchadores y luchadoras que han tenido que improvisar y adaptar sus vidas ante la nueva realidad que les ha tocado vivir; personas con gran resiliencia que han tenido que aprender a sobrevivir y a reinventarse ante el empleo, con lo que ya para mí, tienen un plus extra. 

Así que, no seamos tontos y valoremos a todos los candidatos por igual como simples trabajadores (en activo actualmente o no). Que los criterios a puntuar sean sus conocimientos, capacidades, experiencia y actitudes ante un puesto a desarrollar y no el tiempo que llevan sin encontrar trabajo.

Aportemos y no restemos en el empleo.