A
España ya no sólo se la conoce por ser la tierra del sol, la paella y los toros
sino, por desgracia, por ser la tierra del desempleo y la baja autoestima. Cualquier
español que se precie conoce, tiene un amigo o un familiar parado. O, sin ir
más lejos, el mismo, se encuentra en situación de desempleo.
Y ya
da igual de quién sea la culpa. Gobiernos, políticos, empresas, … es lo mismo. Será por que la cosa va cada vez a peor. Por eso pienso que, las compañías y
profesionales que nos dedicamos al campo de los recursos humanos, agencias
privadas de colocación, la formación privada y el desarrollo personal tenemos
mucho que decir y que aportar en estos momentos tan duros para nuestra
sociedad. Es el momento de actuar y de echar abajo muchos estereotipos; de
cambiar pensamientos antiguos y adaptarnos a los tiempos actuales.
Para
empezar por algún lado, quiero compartir con todos vosotros una reflexión y denunciar
actuaciones llevadas a cabo por algunas empresas y profesionales que se dedican
a prestar servicios de selección y búsqueda de personal y que, bajo mi punto de
vista, me parecen erróneas. Ante igualdad de condiciones se están priorizando la
selección de candidatos que estén trabajando ante candidatos desempleados,
descartando a estos últimos del proceso por el simple hecho de llevar tiempo en
paro. Con éste tipo de acciones, estamos negando la oportunidad de
reincorporarse al mercado laboral a un sin fin de magníficos profesionales que se
han encontrado, de la noche a la mañana, en la calle.
Hablo
de personal formados, preparados, con amplia experiencia en su sector, que
llevan más de un año buscando trabajo, no de un marginado del empleo. Son
muchos los que, mientras se encontraban en ésta situación, la han aprovechado
para reciclarse en otra actividad en busca de una segunda oportunidad. Por todo
ello, estas personas no creo que deban ser consideradas como “paradas” y, para
mi tienen un valor especial en una entrevista de trabajo.
Yo
me he encontrado varios luchadores y luchadoras que han tenido que improvisar y
adaptar sus vidas ante la nueva realidad que les ha tocado vivir; personas con
gran resiliencia que han tenido que aprender a sobrevivir y a reinventarse ante
el empleo, con lo que ya para mí, tienen un plus extra.
Así
que, no seamos tontos y valoremos a todos los candidatos por igual como simples
trabajadores (en activo actualmente o no). Que los criterios a puntuar sean sus
conocimientos, capacidades, experiencia y actitudes ante un puesto a
desarrollar y no el tiempo que llevan sin encontrar trabajo.
Aportemos y no restemos en el empleo.
Me gusta mucho tus pensamientos y yo personalmente me veo desempleada y sin parar de formarme desde hace un año ya. Creo que quedarte en casa sin hacer nada no es bueno, ya que se te cae la casa encima y lo que te vienes es abajo. Formarse en cosas que te gusten mientras buscas trabajo es lo mejor que te puede pasar, y quiero tener las mismas oportunidades que las personas que trabajan.
ResponderEliminarMuchas gracias, María!
EliminarCreo que, como en todo, hay personas de todo tipo. Pero soy de los que piensas que, en la actualidad, un desempleado de larga duración no es un vago, que está en su casa "viviendo del bote". Son personas que están luchando, formándose, buscando y rebuscando ofertas, asistiendo a entrevistas y esperando tener suerte.
Por eso, creo que no debe haber discriminación laboral en éste sentido, Más aún, se debe apostar por estos luchadores, ya que están con muchas ganas de volver a incorporarse al mundo laboral... y eso, es vida.
Gracias!!